domingo, 13 de agosto de 2017

Oda.

ODA AL DOMINGO Y AL PIJAMA.

A LA COLA ALTA. A LAS GAFAS.

AL SOFÁ Y LA ALMOHADA.

A LAS VENTANAS ABIERTAS.

A LA BRISA QUE ENTRA.

A LOS MALOS HUMOS QUE SE VAN.

ODA AL ESTAR CONTENTA.

AL HACER NADA. AL BRUNCH.

Don de fluir.

Ando con el humor un poco trastocado, como desdibujado. Diría revolucionario, pero no. Eso implica energía, requiere acción: "hacer la revolución". Yo me encuentro en el polo opuesto: dejar de hacer cosas. Quiero pasar a un estado conservativo, en lugar del combativo habitual. Voy a dejar de invertir energías en nada que no me aporte nada a largo plazo. Centrar todo mi esfuerzo en mí, aquí y ahora. Todo mi tiempo. Todas mis ganas. Todo mi todo en mí. No es un estado cerrado, ni siquiera de hibernación. Es un estado preservativo, abierto a cambios, a novedades. Abierto a mi paciencia, a mi alegría, a mi serenidad. Me voy a dar toda mi atención. Con mimos, con cariño, con respeto y con amor. Voy a aceptar mi corazón loco, que siente y que palpita. A su ritmo. A su puto rollo. Mi cabeza inquieta. Mi cuerpo. Voy a aceptar que el tiempo es necesario. Que la impaciencia sólo consigue lo rápido, lo inmediato, lo que no queda ni permanece. Voy a dejar que la vida me sorprenda. Voy a tirar la toalla para quedarme desnuda y lanzarme al mar. Dejarme llevar. Dejarme mecer por las olas. Mantenerme a flote sin nadar. Sólo flotar. Don de fluir.

Jorge Drexler, Don de fluir (https://youtu.be/yC-JZZZxABU).

Cobarde.

PALABRAS

que ahora te dedico
durante hojas y hojas,
aunque te merezcas menos
que tan si quiera una coma
de lo que escribo.

COBARDE.

Ahí te quedas con tus
palabras. Aquí te dejo
entre las mías. Para que
salgas cuanto antes de mi
memoria y te vayas
diluyendo entre las líneas.

COBARDE.

Quédate con tus palabras,
que yo me quedo con
mi vida.