viernes, 21 de agosto de 2020

Encierro.

Un virus asola el planeta. La OMS califica la situación sanitaria como "pandemia" el dia 11 de marzo. En España, el Gobierno central declara el Estado de Alarma el sábado 14 de marzo y el confinamiento total de toda la población. Se cierra el país. Ir a tirar la basura, pasear al perro o ir a la compra como únicas salidas permitidas. Se instaura las 20:00 como hora de salida a los balcones, terrazas, azoteas y ventanas para aplaudir a todos los profesionales en primera línea. Se cancelan fiestas, reuniones, celebraciones...y la vida pasa a un plano intimista y lento. En esta entrada de mi cuaderno, recojo de forma esquematizada los hitos principales de mi encierro y mi visión personal del asunto.

23 de abril de 2020.

Dia 41 de encierro y Dia Extraordinario del libro.

Paisajes surrealista de una pandemia en el 1er mundo:

- Mascarillas y guantes agotados en todas las farmacias del barrio. Mi única protección es un bote de gel hidroalcohólico y cubrirme la cara con el brazo en los pasillos del supermercado.

- Distancia de seguridad como elemento fundamental de protección de la población. Me cruzo de acera cuando viene alguien, voy caminando por mitad de la calzada siempre que puedo.

- El aforo de los supermercados está limitado. Se generan colas con las personas separadas por, al menos, un metro de distancia. Se piden turnos. Es la única interacción humana que tengo al salir a la calle.

* Anécdota: me he caído en mitad de la calle en mi camino hacia el Mercadona. La gente me mira, tirada en el suelo, pero no se acerca nadie a ayudarme. Cobra más sentido que nunca eso del "distanciamiento social".

- Hacemos vida en los balcones. Mantenemos conversaciones que duran minutos, a veces horas, con nuestros vecinos. Para muchos, es la primera vez.

* Anécdota: En la frutería, me acerco un trozo de sandía a la nariz para olerlo. Llevo la mascarilla puesta. El olor traspasa el trozo de tela como un milagro. Sonrió, pero no se da cuenta nadie porque el trozo de tela tambien me tapa la boca.

- Descubro a mi vecino Juan, que ha bajado a casa ya dos veces. Vive solo. Es pintor. La primera vez que baja es a pedirme tabaco. La segunda, a venderme un cuadro que tenía colgado en su salón. Le doy un paquete de tabaco medio vacío que tengo en casa, pero no le compro el cuadro.

- Muchos "ex" y amigos olvidados en el pasado se ponen en contacto. Algunos reclaman videollamadas, otros sólo buscan maneras de romper la soledad con un mensaje. 

- Hay mil videos de Youtube para hacer entrenamientos fisicos en casa. Nosotras hemos descubierto una app de yoga gratuita que, no lo sabemos todavía, pero nos va a salvar la vida.

- Es sobrecogedor el silencio absoluto que reina en las calles por la noche. Me asomo al balcón a fumarme el último cigarro de la madrugada y se me ponen los vellos de punta. Se escucha perfectamente el sonido del papel al quemarse.

- Beber y desesperar. O beber para no hacerlo. Empezamos a conocer como "walk of shame" a la excursión semanal al contenedor de vidrios.

- Hacemos vida social por videollamadas de Zoom. Compartir todo a través de una webcam y una pantalla.

- Lo cotidiano y antes anodino se convierte en extraordinario, como lo de comprar flores una mañana en el mercado.

- Existen bucles de "desinfección compulsiva".

- Hago una tesis sobre el comportamiento del centenar de palomas que habitan el descampado de enfrente. Un dia, incluso aparece una cotorra.

- Bienvenida a tu montaña rusa emocional. No trates de combatirla, déjate llevar.

- La ausencia de besos y abrazos empieza a ser insoportable.

- Algunos experimentos desorientación y pérdida del sentido del tiempo. Apunto en la agenda cosas tales como poner una lavadora o limpiar el baño, para recordar cuando lo hice por última vez o que dia era cuando lo hice.

* Anécdota: Alguna mañanas me levanto escuchando el ruido del mar. No es más que el escaso tráfico de la calle principal, que a mi me parecen olas rompiendo en la orilla.

- Bodas canceladas, cumpleaños perdidos.

- Noches de insomnio. Muchas. Combo de valeriana y dormidina.

- Envidia, egoísmo, necesidad de atención. Confinarse sola en casa está siendo algo extremo.

- Ciclos de ansiedad: dificultad para respirar y taquicardias. El más largo me dura 10 días ininterrumpidos. 




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